De la cotidianidad y lo que significa extrañar
- cielo
- 11. Feb. 2019
- 4 Min. Lesezeit
- Y UN POQUITO SOBRE LA FELICIDAD ( Y EL SER FELIZ) -
Me encuentro sentada en el suelo, con el plato sobre mis piernas y comiendo con mi mano derecha-sólo con esa mano, la izquierda se considera impura acá. Zapatos, en realidad, sólo los llevo fuera de la casa, en mis tobillos tintinean un par de "goluse", o sea las cadenitas de plata tradicionales con campanitas.
*interrupción: mientras yo escribo, la pequeña Anjali juega por toda la habitación y se rie fuerte, con una colchoneta para yoga y habla conmigo en Tamil... si sólo pudiera entender una palabra!*
Comer: siempre se come en el mismo plato, que se enjuaga inmediatamente después de terminar. Mayormente, como arroz tres veces al día, en diferentes variantes. Aún así, uno se cansa rápido de siempre lo mismo... pero no quiero quejarme. Las comidas son muy ricas! Y cuando durante el día me rasco la nariz (con la derecha), huelo mi última comida :) Después de la cena, junto con la cocinera, vamos afuera y lavamos las ollas del arroz bajo la canilla. El agua con los restos de comida, se barren con un “jhadu”, una escoba indú hecha de paja atada. Después vienen las gallinas y se alegran de lo que encuentran.
Me ducho con un balde y una ducha, que en realidad está pensada para la higiene íntima en el inodoro. ¿El agua? Fría, pero uno se acostumbra. Por otra parte, con el calor que hace y que cada día es más caluroso, esto es sólo una ventaja. Aun así, tenemos el lujo de un inodoro europeo, con la opción de un baño con una letrina como se estila acá en la India. Sin embargo, esta opción no la tomamos y ese baño lo utilizamos para colgar nuestras toallas. También, duermo en una cama, cosa que tampoco es típica en la India. Igualmente, caer en la cama cansado por la noche no es recomendable, ya que el colchón es más duro que una tabla. Pero me acostumbré a eso también. Todo es cuestión de posición y de voluntad de adaptación. El temor constante de tener piojos, es un vaivén en la vida cotidiana. Los pequeños insectos no son inusuales en las cabezas de los lugareños y ellos (los piojos) se extienden felizmente. Pero me arriesgo con gusto a este "peligro" a cambio de recibir los arrumacos de mis chicas.
Después de un mes encontré una especie de vida cotidiana, ya me acostumbré a una cosa o a otra, lo que no quiere decir que ya no note ciertas cosas diferentes o ciertos tipos de comportamiento distintos. A pesar de todo, por supuesto, extraño. Aprendí lo que significa extrañar.
--------------------------------- LO QUE SIGNIFICA EXTRAÑAR ---------------------------------
Nunca fui una chica que tuviera mucha nostalgia. No sé a que se deba, no lo sé. Pero incluso cuando fui creciendo y estaba más tiempo lejos de casa o mis padres estaban fuera de casa por mucho tiempo, nunca extrañé de una manera extrema. Tal vez estaba acostumbrada, ya que la mayoría de mi familia vive en Argentina y crecí sintiendo que parte de mi gente más querida está del otro lado del mundo. Y por lo tanto todo el resto ya no es tan malo de sentir?
Por supuesto que extraño. Extraño a mis padres, a mi familia, a mis amigos! Extraño el chocolate y los osos gomitas (Haribo), extraño eso de buscar “algo” de lo que tengo ganas en la heladera. Extraño la cocina de la Oma. A la Oma y y al Opa (mis abuelos)! A veces extraño tanto a mis padres, que duele.
Extraño poder salir, no importa lo que yo parezca. Por otro lado, extraño el revolver mi armario y poder presentarme con mi ropa y expresarme con mi estilo. Extraño salir, simplemente poder salir! Extraño, salir con mi bicicleta o en coche o simplemente así a pie, caminando. Extraño un ambiente que me sea familiar. Salir de la puerta de casa, salir donde se me ocurra o donde quiera. Reunirme con alguien, espontáneamente o con una cita, para tomar un café en casa o en la cafetería. Extraño hacer planes para encuentros que a veces sé que no tendrán lugar. Extraño, el reuniarme con mis amigos. Extraño a mis amigos. MUCHO! Extraño sentarme con ellos y hablar de todo lo posible. Extraño,junto con ellos, encontrarnos con otros, por la noche salir con ellos o simplemente en un gran grupo sentarnos juntos.
Tantas veces recuerdo momentos juntos, miro fotos y aunque extrañe mucho, me río. Tal vez en lágrimas, pero se secan rápido. Me doy cuenta de que mayormente son los "pequeños" momentos, los que extraño. Las pequeñas cosas que crean el gran TODO, que crean la familia y la amistad. Al fin y al cabo, mi felicidad.
-Nunca pensé que iba a llegar al punto de citar de una de mis lecturas del bachillerato, PERO-en la novela de Peter Stamm "Agnes", en una parte se describe la imagen de la felicidad como: "la felicidad se pinta con puntos (...). Tu tienes que hacer un montón de pequeños puntos, si quieres describir nuestra felicidad, (...) y lo que fue felicidad, sólo se verá desde la distancia." Así se crea, para cada individuo, una imagen propia de la felicidad personal. Y así es ahora para mí. Veo mi felicidad desde lejos. Por supuesto que también lo vi en casa! Sólo se aprende a apreciarlo aún más, cuando se extraña. Eso no quiere decir que no soy feliz aquí. Lo soy y mucho en realidad! Y esa felicidad, que vino y la que aún vendrá con esta experiencia, se convertirá en una parte de la imagen completa de mi felicidad.
Extraño, como nunca antes en mi vida. Pero estoy aprendiendo a través de ello. Aprendo a extrañar – sí, esto también hay que aprenderlo de alguna manera, pienso yo- aprendo a apreciar el valor, aprendo a conocer otros lados de mí misma y aprendo cuáles son las personas esenciales para mí. Aprendo que cada una de las personas que alguna vez apareció ó aparecerá en mi vida -no importa por cuánto tiempo, por un momento o por toda la vida- deja algo. Que sea una buena experiencia o una mala experiencia, se aprende siempre de ella. Ahora soy consciente de esto, mucho más que antes.
Extrañar trae recuerdos.
Extraño, pero soy feliz de todos modos. Aprendo que extrañar tiene algo bueno, algo lindo.
Y aprendo para vida.
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