Mi viaje a lo desconocido

El 07 de enero de 2019 comencé mi primer gran viaje sola. Hasta el último momento no había realizado, que esta etapa arrancaba y que no iba a estár en mi casa por los próximos ocho meses. Un sentimiento raro y desconocido para mi, con el que me voy a ver confrontada más que una vez, sobre todo acá en la India – con lo desconocido.

Salí hacia la India, sín expectativas o mejor dicho, sín tener noción de lo que me podía esparar. Si fue concientemente o no, no lo sé, pero fue así. Tal vez lo hice para protejerme de frustraciones o de choques con la vida de este país, que es tán diferente a la vida que viví yo hasta ahora. También puede ser que lo haya hecho para enfrentarme a lo que me esperaba, con mí corazón y mí alma abiertos hacia todo esto – lo desconocido.

Cuando llegué a Pilz Home for Children, me quedó un poco de tiempo para conocer el que será mi hogar por los próximos tres meses, antes de que las primeras chicas volvieran de la escuela. Chiara, una chica alemana que hace un año de voluntariado y ya hace cuatro meses que está acá, me es de gran ayuda en el encontrarme bien con la cultura indú y la manera de ser de las personas. Creo que, después de convivir con ella por dos semanas, puedo llamarla amiga.

La casa tiene dos tutoras, Reshmi y Udeia. Además tenemos una cocinera, Shirpa, que también vive en la casa y quien nos cocina todos los días – a nosotras y a las 57 chicas. Las tres son muy cordiales. Udeia tiene una hija de 3 años que se llama Anjali. La pequeña Anjali nos regala mucha alegría y una cierta ligereza, la cual faltaría en esta casa debido al rigor de la disciplina indú.

Después de encontrarme rodeada de chicas prenguntándome por sus nombres– sí, bien entendido, me preguntaban por sus nombres- los nombres de mís padres y mis abuelos, me sentí muy bien recibida.

Aprender los nombres de 57 chicas (entre 11 y 16 años) no es fácil, sobre todo siendo nombrés indúes, pero ya lo lograré en estos tres meses. Igualmente se formó un grupo de nenas que me rodean, así que por ahora me sé sus nombres. Las otras se me vienen acercando de a poquito y así voy aprendiendo los nombres. En fín, ahora sé como se tienen que sentir todos los alemanes con mí nombre :).

Nunca me hubiese imaginado que después de sólo dos días, las chicas se ganaran un lugar tan importante en mi corazón y que fuera recíproco. Me dí cuenta cuando el vienrnes (10.01.19) Chiara y yo salimos para Kanyakumari – el punto más austral de la India – por una semana. Se nos dió la oportunidad por el “Pongel Festival”. Durante esa semana las chicas se fueron a sus casas.

Hasta que estuve en el Hogar, me sentía muy bien, pensaba que habia llegado y que ya estaba más o menos acomodada. Pero lo que significa “llegar” a una cultura tan distinta, eso me tocó descubrirlo en Kanyakumari.